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Poemas del poeta Kosovo Ndue Ukaj

La temporada del amor

Vamos a establecer una nueva temporada particular,
la vamos a llamar ¨la temporada del amor¨,
con un poco de primavera, algo de verano, para madurar los frutos,
un poquito de otoño para arreglar los colores
y el invierno para emblanquecer los sueños.

Establecer nuestra temporada juntos,
con una nueva gramática de palabras.

Que los sonidos no sean como las temporadas,
pero que sean algo en el medio común,
y que los verbos no sean irregulares de modo algún.

Y después establecer nuestro reino también,
con arroyos de deseos que nunca paren de fluir,
con arroyos de deseos que vuelven atrás
en cada temporada – y gorgotean
gorgotean, y nosotros rompemos la regla antigua,
bañándonos dos veces en las mismas aguas juntos.

Estrellas, flores, sonrisas y ojos felices,
y pinturas de amor, ningún fruto prohibido nunca más,
sin Caín y serpientes.

Vamos a establecer nuestra temporada juntos,
y las montañas nunca parecerán altas como antes,
ni los valles serán profundos,
mientras nosotros nos sentamos en altas cumbres,
hablando altivamente de archipiélagos,
de campos y valles de la fortuna.

Vamos a establecer nuestra temporada juntos,
en una cuna llena de sueños
que acunaremos cantando canciones de cuna y de amor,
para nosotros y para todos.

Finalmente, nos sacudiremos el polvo
y todas las historias pegadas a nuestros talones,
para entrar triunfalmente en esta temporada nuestra,
envuelta un poco con todas las estaciones del año.

Oscuridad

¡Noche! Miro algo que no pertenece al oscuro
y esta discrepancia abre nuevos horizontes.
Todo parece oscuro, como al inicio de todo.

Abro mis orejas también, para mejor oír
el estruendo de una voz,
una voz que proviene desde los misterios temporales
y habla en un idioma que todos comprenden;
¨que se haga luz¨.

Que se haga luz,
para que todos vean la belleza de un instante de luz,
cuando la vida se despoja de las tinieblas y aparecen prados florecidos,
y el cielo se convierte en un campo sin fin,
espectáculo para pájaros y nubes de felicidad.

Pero se puede aprender algo importante incluso en la oscuridad:
que el ruido de la ambigüedad puede convertir todo en oscuridad,
en una tierra quemada,
donde no se escucha la voz de nadie nunca,
y desde donde no puedes ver los jardines floridos que el destino te ha asignado.

En la oscuridad no sientes las sacudidas de alegría,
para liberar el cuerpo del poder de la noche.
En la oscuridad no puedes ver nada, ni siquiera tu sombra,
ni los ojos tiernos que pueden estar cerca
mirando, esperando,
sufriendo por tus ojos llenos de luz.

Sin embargo, en la oscuridad aprenderás que
para escapar de su poder,
no necesitas nada más que luz,
esa lucecita, tan poca y frágil,
cayendo en el corazón de la oscuridad,
como la vela sostenida por manos fuertes
dentro de una habitación inmersa en la oscuridad y la tristeza.

Estamos rodeados de frutos prohibidos

El jardín de nuestra vida está lleno de deliciosos frutos.
Aceitunas, rosas, flores de trébol,
pero la mayoría de las veces vemos solo los frutos prohibidos todo el tiempo.
Somos atraídos, tentados y nos escapamos de las palabras,
nos deslizamos junto con las palabras,
siempre nos resbalamos
Nos estrellamos por los pasillos de la felicidad.
o de la tristeza.
Más nos deslizamos en el tiempo,
en el mar embravecido de los sentimientos,
en ese mar que de todos modos nunca se calma,
en esas olas de nuestros deseos.

(Los deseos solo crecen en la vida)

Siempre chocamos ante los ojos del tiempo,
en ojos negros, en ojos verdes,
en ojos azules como el mar o el cielo,
o en los ojos infinitos del amor,
en esos ojos de colores sin nombre,
pero sobre todo nos topamos con la imposibilidad,
a través de las ruinas de Babel,
enrollado alrededor de nuestros pies.

Entonces nos acostaremos en el gran jardín de la vida,
como en ese vestido verde,
que muestra el fruto prohibido
y los ojos tentadores de la serpiente.

En la vida estamos rodeados de frutos prohibidos.
Tarde, anochecer. Oscuridad sin forma.
Olas de deseos crecientes que debemos navegar.

Y la luz de mi corazón brilla como reflectores,
puede ser la paz
con chispas que forman estrellas en el cielo,
estrellas que brillan en mi cielo.
Y paso por las puertas del tiempo,
a veces cierra caminos,
pero más abre una ventana,
descansar en el magnífico jardín,
donde florezco para siempre,
cada vez que veo ojos hermosos,
como la paz junto al mar,
como el cielo despejado y sumergirme completamente en ellos.

Sabes que los caminos de la vida están llenos de sorpresas,
te duele el corazón y necesitas la mano de un médico,
o de ese médico que no tiene bata blanca,
pero escribe palabras blancas.

Las flores

Las flores son lo opuesto a lo salvaje.
Te suavizarán,
con la gran confesión,
haciéndote superar, la soledad
la tristeza.

Tienen lenguas, sonidos y manos largas,
con que abrazan el dolor,
superar la desesperación.

Su perfume es embriagador.
y te hace tan soñador.

Los tomamos sólo para ocasiones especiales:
un ramo de flores para la novia cuando se pone la corona de boda
o para un gran banquete, a lo mejor.

Nunca los arrancamos del jardín.
por cosas inútiles.

Las flores son tentadoras y predican cosas hermosas.
No conocen el idioma de la jerga,
ni a los malditos amantes.

Cuando estés en su jardín,
las colinas de la imposibilidad se allanan más adelante.

Las flores no le temen a la oscuridad
tormentas,
soledad,
manos traicioneras.
Incluso cuando la tormenta las golpea,
o manos traicioneras,
no cambian de forma,
quedan siempre flores.

Es domingo de nuevo

¡Medianoche! En el reino de la oscuridad, brilla la luna solitaria.
Debajo de ella, los ojos cansados escapan de los sueños,
otros se quejan al medallón de oro.
El pasado está cediendo su trono al nuevo día;
Vuelvo la cabeza hacia la pared y recuerdo:
El sábado ya tiene las características de algo que se puede llamar historia.

Domingo otra vez, para mí, sólo una serie de muchos domingos,
que componen semanas, meses, años, décadas, calendario
y unas maletas obsoletas de recuerdos que arrastra tras de sí.

En la vida sucede muchas veces que confundimos las maletas,
estamos cargados de recuerdos tristes,
como un tren nocturno que lleva ruido,
deseos desvanecidos, soledad y algunos sueños.

A menudo sucede que vamos por caminos equivocados,
con sentimientos exuberantes, malas noticias,
yendo y viniendo por las estaciones para ver queridos ojos
o escapar al continente del aburrimiento.

Cuando sacamos los relojes de memoria,
parecen ropa sucia.
Tenemos que darles forma,
plancharlas y llenarlas de nuevo de espíritu.

Dices que muchos recuerdos se pierden en las calles,
parques de la ciudad, playas del alma,
junto a las impresionantes estatuas de los escritores del corazón…

Traigo a la superficie del nuevo día las horas del destino,
de pena, de alegría,
mientras el viajero regresa de tierras lejanas,
cuentos,
perlas, tesoros encontrados
y aquí y allá una mancha de sangre seca.

La gente se apresura y nunca se toma el tiempo que quiere.
ni la felicidad que sueñan,
porque son sueños nocturnos,
duran un poco, como una siesta.

Por eso la gente se siente tentada a destruir sus jardines,
por otro con el que sueñan.

El reloj avanza, las estrellas brillan,
la luna flota tranquilamente por la tierra,
un pájaro deambula de rama en rama.

¡Medianoche! Son las horas del amor. Éxtasis. Sueños.
Por alguna hora de oscuridad, tristeza,
uno escucha «Las cuatro estaciones» de Vivaldi,
otro se pierde en poemas,
mientras los ojos tristes se dibujan en algún lugar azul,
donde entran barcos deseosos de zarpar.

Cuando el pasado da paso al nuevo día,
Nada parece realmente extraordinario.

Domingo otra vez.
Abro lentamente la maleta llena de horas de alegría,
embriaguez, baile, éxtasis y descanso junto a un libro.

Traducción del albanés al español, por Elvi Sidheri

Ndue Ukaj nació en Kosovo en 1977, es escritor, poeta, ensayista y crítico literario. Hasta la fecha ha publicado cuatro libros de poesía, un cuento y dos de crítica literaria. Ganó varios premios, incluido el Premio Nacional al mejor libro de poesía publicado en 2010 en Kosovo. Sus obras han sido publicadas en distinguidas antologías y revistas internacionales y han sido traducidas a muchos idiomas. Ndue, es coautor de la antología CANTO PLANETARIO: HERMANDAD EN LA TIERRA, Volumen II, compilación de Carlos Javier Jarquín, (H.C EDITORES, Amazon.com, 2023).

 

https://elsolweb.tv/poemas-del-poeta-kosovo-ndue-ukaj/?fbclid=IwY2xjawEQml1leHRuA2FlbQIxMQABHcbUvV1zH3T_p3_ngwKAm1nGt770HgxDGmhn1CVrBC32aBOzoMoGjwDYYA_aem_DgtBrDrQIfnAB3WhEVCOrA

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